domingo, 1 de diciembre de 2013

Santa en las calles, algo en lo que deberían participar una vez en la vida.


Llevo poco más de dos años como voluntaria de Doctor Yaso, payasos de hospital, en ese tiempo, he visto de cerca muchas cosas que pasan fuera de esa burbuja en la que muchos estamos, digo, la mayoría de las personas que conozco, tienen casa, comida, carro y un seguro que les permite ir a una clínica cuando algo les pasa, pero desde que vivo en Valencia, me habían invitado a un evento llamado Santa en las Calles dos veces, a la tercera es la vencida, y al fin, este año, pude ir como Yaso, así que la experiencia fue doblemente interesante.

Santa en las calles, está conformado por un grupo de personas, que quieren regalar un poco de alegría a quienes no tienen nada en estas fechas, pasan mucho tiempo recopilando ropa, zapatos y juguetes en buen estado, aquí viene una nota, muchas personas critican que a veces las organizaciones, se quedan con las mejores cosas y dan el resto, Santa en las calles, te involucra en todo el proceso, desde la mañana, comenzó el Taller de Santa, cientos de personas trabajando, para clasificar cada uno de los donativos que han hecho, desechando sólo lo que está roto o dañado.

Desde las 8 de la mañana que comenzó todo, se dividió el trabajo por departamentos, la ropa se clasificaba por sexo, edad, talla y estilos, de acuerdo a esos parámetros, se arman combos de blusa, falda o pantalón, carteras, zapatos y accesorios, otros combos van más grandes, más adelante les explico por que, otro grupo, corta el papel, en el que se envuelve la ropa y el papel de regalo para los juguetes, incluso, yo soy torpe con ganas para las manualidades, y una señora me enseñó a hacer las bolsas de regalo =), otro grupo prepara comida caliente, y otro, arma las cavas gigantes para las bebidas, lo que va estando listo, pasa a un lugar donde se acumulan para cargar luego en el transporte.

Cerca de mediodía empezó el proceso de carga, son 5 rutas en total, en cada una, va un grupo de voluntarios, un Santa, una señora Santa y un mini Santa, por supuesto, los yasos también vamos en cada grupo, empezamos la ruta, y, aquí viene lo que más me impresionó, la gente que me conoce sabe que soy poco amiga de las frases de auto-ayuda, y de reflexiones trilladas, pero lo que se vive en algo como esto, realmente te hace cambiar la perspectiva de la vida, llegar a un callejón, donde viven unas 20 familias, abuelas, papá, mamá, niños y bebés, que duermen en hamacas colgadas en columnas y con sus escasas pertenencias en una bolsa, le hace un nudo en la garganta a cualquiera, obviamente, yo no soy la excepción.

Luego del impacto inicial (compartido por casi todos los que estábamos), recuerdas que la idea es darles alegría y no ponerte a llorar por ellos, son gente a los que muchos vemos con algo de cautela a diario, y cuando hablas con ellos, te das cuenta que están hay por MUY malas circunstancias, pero que, cuando alguien se les acerca dispuesto a compartir, te reciben con los brazos abiertos, no estamos hablando de gente agobiada porque debe una tarjeta de crédito, es gente que todas sus pertenencias, caben en las bolsas que tu traes del supermercado, niños y adultos que se ponen felices con una lata de refresco, y que se sienten felices porque alguien, literalmente, les da un apretón de manos.

Luego de dejarles ropa, comida, haber bailado, cantado, jugado con ellos y que los niños, recibieron regalos de parte del propio San Nicolás, la ruta siguió hacia una casa hogar, niños entre 4 y 13 años a los que han dejado abandonados, cuando llegamos, empecé a hablar con una niña llamada Angelica, tiene 13 años, cuando le dije que San Nicolás había venido, abrió los ojos asombrada, lo vio, lo abrazó y no se le quería soltar, en esa parte, lo que más ma asombró fue cuando le pregunté a Angélica que quería ser de grande y me respondió, "Protectora de niños, para que tengan quien los cuidé y nadie les haga daño"... ¿Qué puedes hacer en un momento así? Pasarte el suiche y seguir recordando el motivo de tu presencia ahí.

Para cerrar la ruta en la que me tocó estar, se iban ubicando indigentes, para darles los combos más grandes de ropa, con unos 3-4 cambios completos, y por último, llegamos a una casa de ayuda a ex-delincuentes, que quieren entrar de nuevo a la sociedad, en cuanto llegamos prendieron la rumba, y hasta una cabra que tenían se unió a la pachanga, comida y ropa, eso fue lo que se les dejó a ellos, al final todos los grupos de voluntarios se reunieron en un sitio, para así, dar el cierre a la actividad.

Es la primera vez que escribo sobre una experiencia de estas por aquí, pero siento que era necesario, una vez, alguien le dijo a unas compañeras de Doctor Yaso "Que ridiculez la de ustedes, creyendo que  van a cambiar el mundo", y si, quizá tiene razón, no dejará de haber personas que sufren en un hospital, ni les vamos a curar nada, a muchos, también les parece que salir un día al año, a repartir cosas a la gente, y dejarlos el resto del año, no significa nada, si alguna de esas personas que critica todo esto, tiene una idea para cambiarlo, me encantaría que la haga saber.

En esta época, solemos ser más consumistas de lo normal, nos rehusamos a ponernos una falda porque ya nos la vieron por Facebook y queremos un estreno, nos lamentamos porque el jamón planchado está caro, y sólo podremos comprar 2 y no 4, porque el teléfono inteligente que queremos, cuesta 30 mil, y sólo tenemos 15, y porque el Ciccio Belo se llevará buena parte de la plata de la quincena, cariño, si me estás leyendo, tienes luz, internet, un dispositivo, y seguramente, estás bajo un techo en un lugar cómodo, si crees que tu vida es terrible, vuelve a leer lo que describí arriba, y si aún lo sigues pensando, te invito a participar en Santa en las Calles, @santaencallesva en Twitter el de Valencia, @santaenlacalle el de Caracas (que aún no se ha hecho este año y pueden unirse)

Hoy estoy cansada hasta la médula, mi personaje usa una peluca enorme, licras pegadas y un vestido encima, así que imaginaran el sancocho que terminé siendo, pero bueno, llegué a mi casa, me di una ducha con agua caliente, comí, me puse pijama, y he podido descansar en mi cama bien cómoda todo el día, cosas que son normales para nosotros,pero que ciertamente, después de lo de ayer, aprendí a apreciar más que antes =)